Después de terminar «El Hein» todavía me quedaba una pieza de la lima original con un tamaño suficiente para hacer otro cuchillo, pero de espiga oculta. Esta vez hice más fotos y se puede ver claramente la marca original, es una lima Nicholson, fabricada en Holanda:
Después de un par de horas limando, lijando, y pensando en una bonita combinación para el mango, llego a este resultado; una hoja con punta de gota tradicional y surcos en el lomo. El mango consiste de una virola de acero (también de una lima), una pieza de palisandro, hueso de vaca y madera de olivo.
Todo montado tiene este aspecto. Una foto del tratamiento de calor (esta vez me acordé ;)). Mi método es muy primitivo, simplemente le prendo fuego a una pila de carbón vegetal y briquetas para barbacoa e intento mantener el nivel de oxígeno alto con un secador de pelo. Esto genera suficiente calor para que las hojas de acero alcancen temperatura crítica (estado no magnético). Una vez ahí las templo en aceito de cocina usado (girasol y oliva) que he precalentado con una pieza de acero al rojo vivo que también ha estado en el carbón. Esto hace que el acero endurezca, pero en un estado frágil (debido a la estructura cristalina de las moléculas).
Después del proceso de endurecimiento limpio la hoja para eliminar los restos de aceite quemado y la templo en el horno durante un par de horas. Esto permite que las moléculas del acero se reajusten para ser un poco más flexible y no tan frágil.
Utilizo un pegamento epoxy de dos componentes para encolar todas las piezas del mango y adherirlas a la hoja, y cuando haya secado/curado le empiezo a dar forma en la lijadora de banda. El lijado final lo hago a mano, comenzando con lija de grano 120 y terminando con 600.
Cuando estoy satisfecho con la forma le aplico unas cuantas manos de aceite danés, lijando suavemente con grano 600 entre cada secado. Esto crea una masilla pegajosa de polvo de madera y aceite que ayuda a cerrar los poros de la madera, contribuyendo a su impermeabilidad. Sigo añadiendo capas de aceite, dejándola secar entre capas, hasta que la madera se sature. Esto es cuando ya tarda más de 6 horas en secar al tacto. Para rematar lo froto bien con un paño de algodón y está listo.
Lo último es afilar el cuchillo y hacer unas fotos con la funda de cuero a medida que le he hecho.