Hice este cuchillo para un viejo amigo que me ha ayudado mucho desde que me mudé a los Países Bajos. La forma de la hoja está inspirada en el Nyala de Chris Reeve. Es un cuchillo de montaña corto aunque mi versión es mucho más gruesa (unos 6 mm) puesto que la lima de la que lo hice era muy grande. El resultado es un cuchillo de espiga completa pesado pero bien balanceado.
Empiezo dando un contorno a la lima (ya destemplada) con la amoladora y la lijadora de banda para obtener la forma aproximada.
Como se puede ver ya he taladrado los agujeros para los pasadores, estos serán un medio de fijación adicional a la cola epoxy que usaré para adherir el mango.
Después de limar durante un par de horas a cada lado de la lima llego al punto en que hago un montaje preliminar de las cachas. En este caso son de madera de olivo de una tabla de cortar de cocina.
Y ahora toca lijar a mano; voy pasando de papel de lija de granos 80, 120, 250 y 400 antes de realizar el tratamiento térmico, después del cual todavía continúo con grano 600 y 1200 para obtener gradualmente un acabado brillante. Esta es una vista de cerca del cuchillo, el mango todavía no está lijado. La madera la lijo hasta grano 600.
Otra vista después de lijar más y aplicar unas cuantas capas de aceite danés:
Como esto era un regalo de cumpleaños para mi amigo, decidí también fabricar una bonita caja para guardarlo. Una vez más, como soy un rácano, decidí reciclar algunas cosas que tenía guardadas por ahí y comprar una caja de madera del «todo a cien».
Le di forma al relleno de espuma de un cojín para que cupiera en la caja y recorté la forma del cuchillo y su funda.
Envolví la espuma en una tela negra con una textura bonita (también del «todo a cien») y encolé todo dentro de la caja de madera, a la que ya había coloreado con un tinte color ébano, y reemplazado las bisagras de chapa por unas de cuero.
Y voilà, listo. Hice una funda de cuero a medida en un tono natural (me olvidé de hacer fotos del proceso 🙁 ).